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¡Tienes que vivirlo!

Si vas a la ciudad de México, el Monumento a la Revolución es un sitio imprescindible para visitar en el corazón de la ciudad, es uno de los sitios más emblemáticos de nuestra historia, puesto que ha sido testigo de encuentros y luchas sociales, guardián del sueño eterno de líderes revolucionarios y escenario del acontecer cotidiano de millones de mexicanos y turistas, los cuales pueden disfrutar de los servicios que ofrece el Monumento, así como de los múltiples eventos culturales que se realizan en la Plaza de la República, entre los que destaca el festival Elt, de música electrónica y arte multimedia más importantes del continente.

Historia

En 1897, el entonces presidente de México, Porfirio Díaz, lanzó una convocatoria internacional para construir un Palacio Legislativo Federal que albergara las cámaras de senadores y diputados, anhelaba que fuera uno de los más grandes y lujosos del mundo, con una extensión de más 14,000 metros cuadrados. El arquitecto francés, Émile Bénard, fue el encargado de realizar el proyecto, inspirado en los recintos del Capitolio de Estados Unidos y del Parlamento de Budapest, con estética europea neoclásica, el diseño uniría en línea recta el Palacio Nacional y la Plaza de la Constitución con el Palacio Legislativo y la Plaza de la República, al mismo tiempo, sería la sede para la conmemoración del Centenario de la Independencia en 1910.

Inconvenientes para la construcción

Los escándalos y conflictos que surgieron durante el concurso para la edificación, ya que el arquitecto Bénard fue elegido directamente por Porfirio Díaz, para el diseño y construcción del Palacio Legislativo; el sitio seleccionado fue el suelo lacustre de la ciudad, que registraba hundimientos del subsuelo por lo que se requirió más recursos de lo proyectado. En 1906 se inicia la construcción de una plataforma de acero y concreto para mantener en pie el edificio.

Inicio de las obras

El 23 de septiembre de 1910, Porfirio Díaz, colocó la primera piedra para su construcción, como parte de los festejos del Centenario de la Independencia de México, no obstante, la edificación se detuvo ese mismo año, ante el inicio de la Revolución Mexicana. Ya estando en el poder, el presidente Francisco I. Madero, continuó con las obras, sin embargo, el movimiento revolucionario y el desvío de fondos para combatirlo, ocasionó que se acabaran los recursos, además, Madero tenía la intención de borrar toda herencia del gobierno de Díaz, así en 1912, los trabajos fueron suspendidos definitivamente, la estructura quedó en el olvido por dos décadas. Esto sería lo único que quedaría del sueño del Palacio Legislativo de Porfirio Díaz.

Rescate

En 1933, el arquitecto mexicano, Carlos Obregón Santacilia, rescató la estructura del Salón de los Pasos Perdidos del fallido Palacio Legislativo, dándole un nuevo significado: “el uso de la plaza como espacio público en torno a la conmemoración de una revolución constante”. El nuevo diseño se enfocó en un mestizaje entre el arte prehispánico y el art déco. El Monumento fue construido con cuatro pilares que concluyen en grupos escultóricos, obra del maestro Oliverio Martínez, simbolizan La Independencia, Las Leyes de Reforma, Las Leyes Agrarias y Las Leyes Obreras. En 1936, en la base de dichos pilares, se constituye el mausoleo y se resguardan los restos de los ilustres personajes de Francisco I. Madero, Francisco Villa, Venustiano Carranza, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas. En 1938, se crea un mirador público y se concluye el Monumento a la Revolución, con una imagen imponente y una altura de 67 metros.

En 1970 y durante tres décadas más, un desperfecto en el elevador que llevaba al mirador hizo que se cerrara permanentemente.

Reinauguración

En 2009, la totalidad de la Plaza de la República fue remodelada, con una inversión estimada de 360 millones de pesos, se integró un nuevo acceso al Museo, además, los visitantes pudieron ascender nuevamente al mirador por un elevador panorámico, así el Monumento y Museo a la Revolución fueron recuperados, remodelados y restaurados.

El Museo de la Revolución se reinaguró el 20 de noviembre de 2010, como parte de los festejos para conmemorar el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana.

Dato curioso

En 1946: el piloto Jacobo Fernández Alberdi, refugiado en México a consecuencia de la Guerra Civil, se le ocurrió pedirle matrimonio a su novia paseándola en su avión y cruzando en medio de los pilares del Monumento a la Revolución, acto que le costaría una multa de $5,000.00 pesos y la cancelación de su licencia. Sin duda ¡una insensatez, pero también una linda historia de amor!