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¿Alguna vez jugaste con una muñeca María?

¿Heredaste una de estas encantadoras muñecas?

En el México prehispánico, en Teotihuacán concretamente, se encontró evidencias de figurillas de arcilla con forma humana y miembros articulados, se piensa que probablemente eran un juguete para los niños, sin embargo, de acuerdo a la cosmovisión de nuestros indígenas, tenían la función de protegerlos de los malos espíritus.

¿Sabías que…?

María, la hermosa muñeca de trapo, es la viva imagen y representación de la excepcional mujer mazahua en México.

Origen

María, la muñeca de trapo, es la más emblemática en nuestro país, tiene su origen en la región mazahua en el noroeste del Estado de México, el cual comprende 13 municipios: Almoloya de Juárez, Atlacomulco, Donato Guerra, Ixtapan del Oro, Ixtlahuaca, Jiquipilco, Jocotitlán, El Oro, San Felipe del Progreso, Temascalcingo, Valle de Bravo, Villa de Allende y Villa Victoria, cuya población es descendiente de la familia Otomí-Pame.

En los años 70, las mujeres mazahuas crearon una muñeca tradicional de la cultura mexicana, las hicieron a su imagen y semejanza, en ellas plasmaron su estilo, la pasión y el amor por crearlas. Están hechas de trapo, su carita es característica por su tono amigable; la indumentaria es típica regional; tienen bordados sobre la tela realizados con aguja y diversas clases de hilo, su cabello es de color negro y está tramado formando dos trenzas, una a cada lado, embellecidas con un colorido tocado de listones. El relleno es de guata, con este material el juguete queda firme y es fácil de limpiar. Están hechas totalmente a mano, lo que implica una labor de más de cinco horas, según el tamaño.

Las mujeres mazahuas migrantes de su región, llamadas despectivamente Marías, eran perseguidas por las camionetas de la policía por vender las muñecas de manera informal en las calles de la Ciudad de México, actividad con todas las desventajas que se puede tener, significó su sobrevivencia, llegaron a la ciudad que no les ofrecía alternativas de desarrollo y sólo encontraron condiciones similares a las de los demás pobres. Hacia el año de 1972, en el gobierno de Luis Echeverría, se creó el “Centro Mazahua” con la intensión de capacitarlas en la elaboración de muñecas y textiles artesanales, así fueron integradas a un trabajo formal.

A finales del siglo XIX la fabricación de muñecas de trapo en México llegó a su apogeo y se difundió por todo el país, en la actualidad forman parte de colecciones. Las diferentes versiones dan luz a los trajes típicos de las mujeres indígenas, entre las más famosas, después de la María, mencionaremos algunas:  En 2018, se declara Patrimonio Cultural del Estado de Querétaro a la muñeca artesanal de Amealco junto con la Muñeca Donxu, con su característico sombrero blanco, oriunda de San Ildefonso Tultepec; la Muñeca Lele, originaria de Santiago Mexquitlán, en Querétaro; en el Norte de México, las muñecas Guarijío, con aplicaciones de encaje, pañoleta y calcetas negra.

En la antigüedad las muñecas no eran juguetes, tenían un papel mágico o religioso

Según los arqueólogos, las figuras semejantes a muñecas más antiguas del mundo, aparecen en la época egipcia, entre los siglos I y V d.C., un ejemplar fue encontrado durante una excavación realizada por el Egypt Exploration Fund, eran elaboradas con materiales biodegradables, por fortuna, se conserva el testimonio de la muñeca egipcia en The British Museum, la cual fue creada con lino, papiro, lana, tiene una cuenta de vidrio azul en la cabeza que sugiere un adorno para el cabello.

También confeccionaron muñecas, pintando prendas de vestir decoradas sobre pequeños trozos de madera en forma de paleta, adornadas con hilos de cuentas de arcilla para representar el cabello. Estas muñecas acompañaban a sus muertos en la tumba, creyendo que les harían de sirvientes en la otra vida.