Descubierta en febrero de 1978 en el Centro Histórico de la Ciudad de México, a los pies de la escalinata del edificio de Huitzilopochtli (Dios del Sol), frente al Templo Mayor, desenterrada después de permanecer en el subsuelo por 500 años, el monolito de piedra de andesita rosada pesó casi 8 toneladas