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Durante su juventud vivió en la ilegalidad: fue un forajido, bandolero, asaltante de caminos, robaba trenes y a los acaudalados hacendados. En 1910, se integró a la Revolución, gracias a su popularidad entre la población, formó un grupo armado con vaqueros, rancheros y una minoría de ferrocarrileros y mineros, su lucha siempre fue en favor de los pobres y la justicia social.

Francisco Villa fue uno de los personajes más notables de la Revolución Mexicana, para algunos odiado, para otros un gran héroe.

Te dejo por aquí, algunos datos interesantes y curiosos de la vida de este fascinante personaje, que quizás no conocías

Nacimiento y muerte

Nació el 5 de junio de 1878, en un pequeño caserío de La Coyotada, cerca de San Juan del Río en el Estado de Durango, su verdadero nombre fue José Doroteo Arango Arámbula, posteriormente asumió el nombre de Francisco Villa, más conocido por su apelativo “Pancho Villa”, murió el 20 de julio de 1923, en Parral, Chihuahua.

Durante su juventud

En 1894, con tan solo 16 años, disparó al hijo de un hacendado por intentar abusar de  su hermana Martina, huyó a la sierra de la Silla, frente a la Hacienda de Gogoito. de este suceso hay muchas leyendas, pero jamás quedó registrado. 

Fugitivo, bandido y después comerciante

Sobrevivió por dos años en la sierra de Durango, robando vacas, comiendo poco y buscando afanosamente agua en la más terrible de las soledades, con el temor constante de ser capturado por los rurales, aprendió de las plantas, las que alimentan, las que matan y las que curan; conoció al dedillo toda la geografía de sierra; hablaba consigo mismo, creando historias que después contaría,  

En agosto de 1896, se une a la pandilla de Ignacio Parra y Refugio Alvarado, aprendió muchas cosas, robaba ganado y vendía el fruto de sus atracos, varias veces fue capturado pero para su fortuna fue liberado, en 1901 nuevamente fue detenido,  se le concedió el perdón a cambio de ingresar al ejército para pelar con “los indios alzados de Mochis”, en Sinaloa, pocos días después, al no satisfacerse esta situación, se fuga y abandona Durango, se establece en Parral, Chihuahua y decide tomar el nombre de Francisco Villa, borrar su historia de bandido, tuvo varios empleos, trabajó como peón, ladrillero, minero y albañil, con un salario de miseria. A partir de entonces y hasta 1910, se mueve nuevamente entre el bandidaje y los trabajos formales. 

A lo largo de los años, se creó toda una historia sobre Villa, según uno de sus biógrafos, Ramón Puente, es: “vulgar, llena de crueldad y de infamias”, “lo que tiene de pintoresco es el paisaje” y “lo que tiene de atenuante es el sentimentalismo con el que actúa en muchos de sus actos”, posteriormente, se interpretaría de diferente formas.

No se quitaba el sombrero ni para saludar

Se sentía incómodo con la cabeza descubierta, era un inseparable del sombrero, los portó de charro, con tocados huicholes, los stetsons texanos simples, las huaripas norteñas, gorras de uniforme federal con visera, sombreros anchos de palma comprimida, los gorras rusas, entre muchos otros, era tanto su apego, que no se lo quitaba ni para saludar, en alguna ocasión para ocultar su personalidad, se afanó en buscar un bombín para transformarse en el “cura del pueblo”.

Mito de Robin Hood

A través del tiempo, el pueblo fue convirtiendo a Villa en un mito, entre muchas otras interpretaciones, se decía que era como un “Robin Hood mexicano”, Friedrich Katz, uno de sus biógrafos, escribió “Vivía en la conciencia popular como una especie de Robin Hood”.

Sus amoríos

Se casó 27 veces, incluso dos con la misma mujer, (Taibo II), nunca se divorció, le gustaban las fiestas, el baile y tener compadres. Tuvo 26 hijos, mantuvo a todos e incluso, a algunos los mandó a estudiar al extranjero.

Era analfabeta

Según palabras de Villa, “No fui a la escuela ni un día en toda mi vida”. Apenas sabía escribir y leer, durante su prisión en Lecumberri, el coronel Gildardo Magaña lo conoce, colabora en su educación, le muestra los libros de la Historia de México y le presta algunos que comenzó a leer, Villa quedó cautivado, a modo de agradecimiento le dice: “El peor enemigo que uno tiene es la ignorancia”. Siendo Villa, Gobernador del Estado de Chihuahua, fundó 50 escuelas sobre los locales de las cantinas y prohibió el alcohol, tenía un gran aprecio por los maestros y reconocía el valor de la educación. 

No era bebedor

Se decía que era un borracho, no obstante, en toda su vida apenas probó el alcohol, le tenía aberración, tanto, que si encontraba a sus oficiales borrachos los mandaba a fusilar, además, ordenó la devastación del alcohol en las cantinas de varias ciudades, pues consideraba que combatir en estado de ebriedad, comprometía a los demás soldados y en sí, la batalla. Villa prefería las malteadas de fresa, el helado y las palanquetas de cacahuate.

Ingreso a la Revolución

El 20 de noviembre de 1910, Villa se une al movimiento maderista, era el llamado a levantarse en armas en contra del dictador Porfirio Díaz, fue invitado por su compadre, Eleuterio Soto y después por Abraham González, con quien tenía algunos negocios. En solo seis meses, lograron derrocar a Porfirio Díaz.

Centauro del Norte

Durante la Revolución, sus seguidores le apodaron el Centauro del Norte, era un gran jinete, cabalgaba con pujanza su caballo Siete Leguas, encabezando su ejército durante las combates. En realidad, era una yegua, Taibo II.

Villa se quiebra

A pesar de ser un hombre fuerte, Villa lloró amargamente al conocer sobre el fusilamiento de Madero (1913), ya que, eran entrañables amigos y coincidían en ideales.

Fue actor de Hollywood

El 5 de enero de 1914, firmó un contrato con el Mutual Fil Company, para filmar The Life of General Villa, se incluyeron escenas verídicas de las batallas con sus tropas, el debut fue en New York, Estados Unidos.

Alianza con Venustiano Carranza

Al morir Madero, Villa se une a las tropas de Venustiano Carranza en contra de Victoriano Huerta, consigue derrotarlo en junio de 1914, días después logra tomar Zacatecas, acontecimiento importante que permitió la entrada del Ejército Constitucionalista a la Ciudad de México.

Encuentro de Villa y Zapata

En diciembre de 1914, se conocen en Xochimilco, Ciudad de México, tras abrazarse y entablar una plática, brindaron por el triunfo del pueblo en armas, en un salón privado, acordaron los límites territoriales de su poder y cómo enfrentarían al carrancismo.

Intentó comprar un submarino

En 1915, Villa recibe un ofrecimiento por parte de Estados Unidos, la venta de un submarino para que pudiera contrarrestar el ataque de los cañoneros del presidente Venustiano Carranza, la operación no se pudo realizar, ya que, eran momentos difíciles y no se contaba con el dinero.

Invasión a Estados Unidos 

El 9 de marzo de 1916, Villa encabezó la primera invasión mexicana en Estados Unidos, por haber reconocido oficialmente el gobierno de Venustiano Carranza. En represalia, Estados Unidos mando de miles de soldados tras Villa, pero no pudieron capturarlo.

¿Sabías que...?

En el marco del centenario de la muerte de Francisco Villa, el Gobierno Federal declara el año de 2023 como: “Año de Francisco Villa, el revolucionario del pueblo”. Al ser considerado como uno de los personajes más importantes de la Revolución Mexicana y haber dirigido el ejército popular más poderoso en la historia de nuestro México. 

Asesinato de Francisco Villa

El 20 de julio de 1923, al dirigirse hacia Parral, Chihuahua, para encontrarse con algunos amigos, le esperaba una emboscada llena de odio, planeada por el senador Jesús Salas Barraza, conducía su Dodge Brothers negro, lo acompañaban el general Miguel Trillo, Daniel Tamayo, su asistente personal y tres escoltas Dorados, atravesaba la ciudad, al llegar al cruce de Benito Juárez y Gabino Barreda, levanto la mano un hombre llamado Juan López, diciendo ¡Viva Villa!, era la señal avisando que se acercaba al punto donde un grupo de maleantes lo esperaban con todo el desprecio del mundo para matarlo, ipso facto, 150 balas acribillaron el automóvil, trece balas recibió el cuerpo de Pancho Villa, murió inmediatamente, dos quedaron heridos y tres escoltas también terminaron muertos. Es sabido que estaban involucrados el Presidente Álvaro Obregón y su sucesor Plutarco Elías Calles.

Fue sepultado en el panteón de Parral, tres años después, le robaron la cabeza para venderla a un norteamericano, no obstante, no pudieron finiquitar el trato y volvieron a enterrarla en algún lugar, hasta hoy perdido, Taibo II; sus restos fueron trasladados el 20 de noviembre de 1976, al Monumento a la Revolución en la Ciudad de México.