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¿Conoces al artista autodidacta qué cautivó a la Reina Isabel de Inglaterra, al escritor Carlos Monsiváis, así como a varios políticos con sus esculturas miniatura en hueso?

Orígenes

El arte de labrar el hueso existe desde hace miles de años en México, muestra de ello es el hueso de un fémur tallado, de la cultura mixteca, encontrado entre la esplendorosa ofrenda de la Tumba 7 de Monte Albán, en el estado de Oaxaca, hallazgo arqueológico a cargo de Alfonso Caso el 9 de enero de 1932. Te invitamos a contemplar la riqueza de este descubrimiento en el Museo de las Culturas de Oaxaca, Ex Convento de Santo Domingo de Guzmán.

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Existen también vestigios de piezas talladas en hueso como a) una mandíbula esgrafiada en Cacaxtla, Tlaxcala; b) herramientas de uso cotidiano, como los bruñidores de pieles elaborados con huesos humanos, en Cantona, Puebla; c)  instrumentos finos y delgados, (punzones) que usaban los mesoamericanos para perforarse la piel o hacerse incisiones en el cuerpo durante el autosacrificio; d) Orejeras hechas con hueso humano para dar un estatus alto en las sociedades prehispánicas, Cacaxtla, Tlaxcala. Otros son: alisadores y bruñidores para cerámica; plegaderas para el trabajo de la pluma; agujas para piel, telas y fibras; instrumentos para el telar de cintura, cuentas de collar o pendientes hasta cartuchos de escritura glífica; así como instrumentos musicales.

Retorno del Arte en Hueso

A mediados del siglo XIX, retorna el arte de tallar el hueso, en las prodigiosas manos de Roberto Ruiz (1928-2008), considerado como el “Maestro de la miniatura en hueso”.

Trayectoria de Roberto Ruiz

Roberto, nace en Miahuatlán de Porfirio Díaz, en el estado de Oaxaca, en una familia humilde, dejó sus estudios, trabajó en diversos oficios, como campesino, mozo y panadero, con el migajón del pan moldeaba figuras de animales, que el mismo nombró “figuras de bulto”, posteriormente empezó a formar piezas de arcilla, otras talladas en madera y finalmente en hueso, su interés fue incrementándose por lo que buscó como formarse en alguna escuela, desafortunadamente no tuvo posibilidades.

A finales de 1961, cambia su residencia a Ciudad Nezahualcóyotl, en el Estado de México, trayendo consigo las espinas vírgenes del árbol del pochote y sus herramientas para iniciar sus nuevos trabajos, finalmente substituyó la madera por los huesos de res. Sus piezas fueron únicas, sus temas: las calaveras, inspirado en La Catrina, del grabador José Guadalupe Posadas; los diablitos y los arcángeles, que se convirtieron en símbolos.

¿Sabías que…?

Don Roberto dio a conocer que “una característica importante en sus Catrinas, es que siempre las acompaña de un personaje pequeñito que es el mismo”.

Herramientas de trabajo

Consideramos que los creadores, los artistas, trabajan con su imaginario, con lo que tienen a su alcance o lo que les acomoda; en este caso, cuenta Don Roberto que fue autodidacta, día a día con la práctica y paciencia y continuo afán, fue acrecentando sus habilidades, eligió las herramientas de los dentistas para trabajar, el torno dental, implementos puntiagudos, así como la fresa de bola y algunos discos pequeños, para simplificar los detalles muy finos de las figuras miniatura en hueso.

1.- Calaveras en sesión fotográfica, del Maestro Roberto Ruiz del año 1985, Colección de Carlos Monsiváis, Museo del Estanquillo

2.- Boda de calaveras tallada en hueso del Maestro Roberto Ruiz, 1980.

Reconocimientos

• En su búsqueda por continuar y ser reconocido por su arte, en los años 70 se presenta en el Museo de Culturas Populares para dar a conocer su trabajo, Teresa Pomar Aguilar, responsable del reciento, le abre las puertas al reconocer inmediatamente que era un gran maestro.
• En 1981, diecisiete de sus piezas talladas en hueso, formaron parte de una exposición en el Museo Británico, las cuales fueron exhibidas durante 28 años. La Reina Isabel II de Inglaterra le solicito un camafeo en marfil con su imagen, fue resguardado junto a las joyas de la corona.
• Fue invitado para compartir sus conocimientos con un grupo de jóvenes chontales de Tabasco, uno de ellos reconocido por su gran trayectoria en el arte de tallar el hueso, es Plácido Hernández López, quien también gusta de colaborar con su saber a estudiantes de la Preparatoria No. 21, de Tecoluta, en sus clases de Artes Plásticas.
• Su obra consta de más de 4,000 piezas, fue admirada y adquirida por coleccionistas como el escritor Carlos Monsiváis, quien logró 800 piezas miniatura; la maestra Teresa Pomer: Miguel Limón con 80, González Avelar con alrededor de 40, de la Madrid con 30 y Ruth Lechuga, médico y promotora del arte mexicano, con 30.
• Algunas piezas se encuentran en el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías, en el Fondo Cultural Banamex y en Museo de Culturas Populares del Instituto Mexiquense de Cultura.

Premios

• Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Artes y Tradiciones, por la Secretaría de Educación Pública en 1988.
• Presea “León Guzmán” al mérito artístico, otorgada por el Gobierno del Estado de México en 2005.
• Presea Corazón Rey Nezahualcóyotl, por el Gobierno del Municipio de Nezahualcóyotl en 2005.

Don Roberto, Maestro del Arte Popular, dejó el legado a sus hijos José Manuel y Roberto Abraham Ruiz Salazar, quienes conservan la tradición con gran orgullo, tallando a detalle el hueso y el cuerno, sus obras también son valoradas a nivel nacional e internacional.

El arte de tallar el cuerno y hueso también se encuentra en los Municipios de Rayón y San Antonio la Isla, los dos en el Estado de México, éste último municipio en las personas de Don Mónico Reyes Ensaustigue y Ángel López Carbajal.  Los artículos que fabrican con cuerno y hueso son: artículos utilitarios y de ornato como peinetas, silbatos, aretes, collares, baleros, peines, piezas de ajedrez,  y muy notable producción de botonaduras para trajes de charro, que se elaboran con cuerno.

Proceso para Trabajar el Hueso

Primero es necesario acudir muy temprano a los rastros para escoger minuciosamente las mejores piezas, en épocas de frío los huesos de res escasean por los platillos acostumbrados que se consumen o por la elaboración de productos de diversas industrias; los huesos se refrigeran para después limpiarlos perfectamente, cortarlos y quitarles el tuétano o medula, se cuecen entre 3 y 4 horas para esterilizarlo, posteriormente se coloca a la sombra pues si se deja al sol, a la intemperie o el frío puede reventarse porque se humedece, después de 15 o 20 días el hueso está listo para trabajar, se realiza el diseño dibujándolo y después se talla con el torno e implementos, para después lijarlo para sacar el brillo.