Según cuenta la historia, los chinos fueron el primer pueblo en elaborar piezas de vidrio de plomo, con la adición de ciertos minerales, fue posible pintar diseños, pero estos no lograban fijarse, continuaron con sus investigaciones, en el s. IX, descubrieron que añadiendo óxido de estaño, se obtenía una superficie blanca opaca que revestía el color del barro rojo y sobre esta, consiguieron por fin, estabilizar las pinturas en los diseños, después las cocían en hornos, logrando piezas refinadas y elegantes.