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Así era Xochiquétzal

 

Tan alegre, tan joven, con una belleza sinigual y con grandes atributos era la Diosa Xochiquétzal, el pueblo mexica la consideraba una de sus más importantes divinidades; atestiguó la creación de dioses y humanos; y era mediadora entre ellos. Diversas diosas se ocupaban de ella, la gente la veneraba, acompañaba y protegía para que ningún hombre pudiera contemplarla y caer en tentación, entre ellos había jorobados, enanos, bufones y payasos que con música y danzas la alegraban, también se desempeñaban como embajadores de los mensajes que enviaba a los dioses que tutelaba.

 

Diversas crónicas señalan que el nombre de Xochiquétzal tiene varias traducciones y acepciones: “Flor preciosa”, “Flor de plumas preciosas”, “Flor pluma de quetzal”, “Plumas de quetzal florido”, entre otras. También se le conocía como Ichpochtli, cuyo significado es “jovencita o muchacha”, Xochiquétzal encarna la versión joven de la Diosa Madre y su belleza se contrasta con la de una preciosa flor, relacionándola con el deseo, la atracción y la procreación, de hecho, las flores de cempasúchil están consagradas a ella. La mayoría de los manuscritos nahuas que expresan sobre la Diosa Madre, la representan como una anciana.

 

¿Sabías que…?

 

Xochiquétzal, amaba las flores de cempasúchil de esplendorosos colores amarillo-naranja y morado que se le ofrecían durante las fiestas mexicas de los muertos. Se cree que esta diosa protege las almas de los difuntos cuando viajan entre la tierra y el inframundo.

 

Atributos

 

En la mitología mexica, Xochiquétzal nació de los cabellos de la Diosa Madre, personifica la sexualidad femenina, la preciosidad, la diosa de la belleza, las flores, el placer amoroso, patrona de los jóvenes, de los partos y el matrimonio; la artesanía, el tejido, el canto y la danza. Se le asocia con la fertilidad de la naturaleza, la belleza y la abundancia.

 

Xochiquétzal es una alegoría de la mujer joven que proporciona deseo sexual a los jóvenes, representa el estímulo que hace que hombres puros caigan en la tentación, logrando encuentros juveniles libres, que no eran castigados entre los varones. Es también la protectora de prostitutas (llamadas aiuanime) y amantes, ya que estos proveían de placer y musa especialmente de artesanos, tejedores, cosedores, orfebres, y pintores porque creaban piezas hermosas, además era defensora de las embarazadas. Todos ellos recurrían a ella para lograr belleza y sensualidad, fertilidad, un parto, un matrimonio estable, así como también para sobrevivir si se presentara algún peligro, para lograr cosechas, para obtener habilidades para sus trabajos manuales, alcanzar un buen tejido, para la música, el canto o la danza, la libertad sexual y el erotismo, entre otros. Y no había mejor ofrenda que apreciara Xochiquétzal que las flores, las plumas y diminutos azulejos con su imagen.

 

 

Relaciones

 

Xochiquétzal se casó primeramente con Tláloc, dios de la lluvia; en el mito de la creación también se convierte en la esposa de Piltzintecuthli, quien fue engendrado por la pareja inicial de seres humanos, Cipactónal y Oxomoco, tuvieron a su hijo Centéotl, deidad del maíz, en otros mitos, se dice que también dieron a luz al Dios Nanahuatzin, quien se ofrendaría en un acto generoso y valiente al fogón divino para convertirse en el Quinto Sol, para que la vida continuara en este mundo, asimismo nace Xochipilli, dios de las flores y dios del amor. De igual manera, se enlazó con Ixotecuhtli, el dios de la libertad, con Centéotl, dios del maíz y fue amante de Tezcatlipoca, señor de los espejos humeantes. Las leyendas narran que tuvo varios amantes y consortes más.

 

Imágenes

 

Sus representaciones la muestran adornada de flores, un símbolo de la fertilidad femenina; en otras, aparece con un ramo de flores en la mano y utensilios para tejer o con signos de belleza como su vestido colorido y minucioso, un manto elaborado con exquisitas plumas de quetzal y sandalias, también lucía varios collares y pulseras, aretes grandes, característicos de su rango elevado y muy particularmente, una nariguera de oro (metal relacionado con el sol) en forma de media luna, la cual evoca la fertilidad; en su cabeza llevaba un tocado de largas plumas de quetzal color verde, que se vinculaban a las hojas del maíz y a la abundancia, de igual manera las plumas aludían también a la guerra, la victoria y el valor en la batalla.

 

El Noveno Cielo

 

Es el lugar que habita Xochiquétzal, la región del viento de obsidiana itzeechecayan y tiene personalidad dual, es decir, tanto solar como lunar. El Códice Borgia trata su posición lunar donde, en ocasiones, se le iguala con Tlazoltéotl, deidad que elimina de la tierra el pecado entre los mexicas, en otros momentos, disfruta del Valle de Huejucar, un lugar fantástico donde apoyó a las tejedoras para que crearan un regalo enviado por los dioses al mundo. Su carácter solar, se aprecia a través de su figura como mariposa y su vestimenta el yacapapálotl o teocuitlayacapapálotl

 

Fuentes

Gobierno de México. Hospital de la Mujer. Xochiquétzal. La diosa azteca de la belleza, del amor y las flores. 12 de diciembre de 2019. Consultada el 28 de octubre de 2022. Disponible en: http://www.hdelamujer.salud.gob.mx/interna/xochiquetzal.html

 

 

Marcelo Ferrando Castro. Red Historia. Mitología Azteca. Xochiquétzal, la diosa azteca de la belleza, del amor y las flores. 7 de abril, 2021. Consultada el 28 de octubre de 2022. Disponible en: https://redhistoria.com/xochiquetzal-la-diosa-azteca-de-la-belleza-del-amor-y-las-flores/

Ceam. Mx. Imágenes.Stories. Artículos. Biblioteca virtual. Xochiquetzal1. Consultada el 28 de octubre de 2022. Disponible en: https://ceam.mx/images/stories/articulos_pdf/biblioteca_virtual/1997/capitulos_en_libros/xochiquetzal1.pdf

Mitología.Info. Xochiquétzal. Consultada el 28 de octubre de 2022. Disponible en: https://www.mitologia.info/xochiquetzal/